viernes, 20 de marzo de 2009


EL CAMBIO CLIMÁTICO ELEVA LA MORTANDAD DE LOS PECES.
El cambio climático eleva progresivamente la temperatura de los ríos, lagos y océanos del planeta, lo que pone en peligro la supervivencia de sus peces, que ven cómo se reduce el oxígeno en el agua y se dificulta su reproducción, informó el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF).
“Un agua más caliente supone menos comida, menos crías y menos oxígeno para las poblaciones de peces de agua dulce y salada",según este informe, el cambio climático es responsable de alteraciones en el ritmo y la cantidad de lluvias, así como en la temperatura y nivel de ríos y mares.
Esos cambios aumentan la presión sobre los peces, ya amenazados por un exceso de pesca que ha reducido al 75 por ciento la población total, según la responsable del WWF Katherine Short, quien señaló que la temperatura media del planeta se ha incrementado 0.7 grados centígrados en el último siglo.
Se afirma que “Es necesario proteger la población de peces, tanto de agua salada como dulce, ya que es uno de nuestros activos de mayor valor biológico, nutricional y económico”, El calentamiento progresivo del agua puede detener el crecimiento de la población de determinados peces, puesto que hace más lento su crecimiento y su tasa reproductiva.
Además,la cantidad de oxígeno disuelto en el agua se reduce, lo que dificulta que los peces de agua dulce puedan filtrarlo para respirar.
Otra consecuencia del calentamiento es que ciertos peces se ven obligados a abandonar su hábitat natural en busca de temperaturas más frías, lo que deja a otras especies animales en serias dificultades para encontrar alimento.
El WWF advierte, además, de que los agentes patógenos y los parásitos que afectan a los peces se desarrollan más rápidamente a medida que aumenta la temperatura, por lo que se vuelven más dañinos. En 1993, por ejemplo, un desplazamiento de peces hacia las profundidades del Golfo de Alaska en busca de zonas más frescas hizo que unas 120 mil aves marinas murieran de hambre al no ser capaces de sumergirse lo suficiente para llegar hasta donde se realojaron los ejemplares de los que se alimentaban.
LORENA DOMINGUEZ BELLIDO 1º BACH C